Las 4 reglas de oro para discutir con un adolescente

Discutir con un adolescente es un arte. Las negociaciones familiares son, en ocasiones, más duras que las que se enfrentan en el propio trabajo. Un rasgo de buen padre es saber aplicar las reglas de la negociación a las discusiones del hogar.
En este artículo te proponemos las herramientas más utilizadas por los negociadores de éxito aplicadas al contexto familiar. Gracias a ellas podrás mejorar la relación con tu hijo y los resultados educativos.


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Guiar la discusión para conseguir el éxito.

Hace unas semanas hablábamos de las claves para negociar con tu hijo. Se trata de un proceso complejo, pero que mejora con la práctica y te puede ayudar mucho a conseguir tus metas educativas.
Cuando se analizan los ejemplos de negociadores expertos se encuentran dos características comunes a todos ellos.

  • Un buen negociador siempre sabe en qué etapa del proceso de negociación está. Dada su experiencia es capaz de valorar la discusión en su conjunto. Conoce los pasos que debe dar para conseguir el éxito.
  • El segundo rasgo de un buen negociador es su habilidad para utilizar herramientas que pueden condicionar el rumbo de los acontecimientos. Su propia experiencia en negociaciones le hace sistematizar recursos que luego utiliza de forma repetida en otras discusiones.

La adolescencia es la etapa en la que tu hijo pasará a formar parte activa de la vida del hogar. Esto es bueno para el desarrollo de su personalidad y autoestima. Pero como padre te enfrentará a situaciones en las que tendrás que establecer límites y negociar sabiamente.

Estrategias más utilizadas por los buenos negociadores aplicadas al arte de discutir con un adolescente.

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Si te encuentras perdido en una discusión con tu hijo puedes utilizar una serie de recursos que funcionan en las negociaciones. A continuación te proponemos cuatro herramientas clave de un buen negociador que funcionan a la hora de discutir con un adolescente:

  • Centrar la discusión: mantente alerta para que la conversación no se vaya por las ramas. Si ves que el tema se desvía del foco de atención, intenta reconducirlo. No seas brusco en los cambios y trata de parecer natural. Piensa en ejemplos o similitudes con el tema que quieres tratar.
    Si ves que no puedes lograrlo comenta abiertamente que te gustaría hablar del tema propuesto y que apuntas la nueva vía de diálogo para tratarla después. Es bueno tener a mano un bolígrafo y un papel por si surgen este tipo de situaciones.
  • Eliminar las amenazas: es muy habitual que tu hijo utilice amenazas para evadirse del problema que planteas. Son un arma poderosa y suele afectar emocionalmente, así que estate preparado.
    Un ejemplo habitual es que tu hijo te amenace con dejar de estudiar cuando le estás diciendo que podría esforzase más en clase. Trata de dar una respuesta rápida devolviendo la pelota y retomar el punto principal de la negociación. Para el caso anterior de los estudios valdría una frase como “la formación es muy importante para tu vida y no deberías menospreciarla así”.
  • Utilizar la regla de los tres NO:
    1. No a los discursos interminables: no funcionan en las negociaciones comerciales y tienen mucha menos eficacia a la hora de discutir con un adolescente. Tu hijo desconectará su atención en pocos segundos y tu esfuerzo será en balde. Una conversación efectiva con adolescentes se parece más a un partido de tenis. La participación del adolescente en la conversación es clave para mantener su motivación y su interacción contigo.
    2. No a las reprimendas: las acusaciones y castigos afectarán al clima emocional de la negociación. Con mucha probabilidad tu hijo sufrirá un bloqueo a nivel de sus sentimientos que no le permitirá procesar nueva información relevante.
    3. No a los reproches: una negociación no es momento para echar en cara nada. Parte de una perspectiva hacia el futuro, con la idea de conseguir objetivos en común, no lastrando la relación con acontecimientos del pasado.
  • Transmitir las malas noticias al principio: si tienes malas noticias a la hora de discutir con un adolescente, es mejor que las des cuanto antes. De no ser así podrías dudar sobre el momento para hacerlo y perder la concentración durante la negociación. Tu credibilidad y confianza descenderían y sería complicado mantener un diálogo abierto con tu hijo.
    Si ves que la información negativa ha afectado el clima emocional de la negociación siempre puedes posponer el diálogo. De esta forma lograrás que tu hijo encaje los sentimientos que le han producido tus noticias. Una vez haya recuperado el equilibrio emocional podrás volver a dialogar con él.

Bibliografía consultada para escribir “Las 4 reglas de oro para discutir con un adolescente”

Félix: Soy Psicólogo de formación, aunque hace un tiempo orienté mis estudios hacia la Ingeniería informática. Mi profesión me ha llevado a la socialización de adolescentes en centros de menores y al desarrollo de proyectos tecnológicos. En mis años de experiencia he sistematizado esquemas de trabajo eficaces con graves problemas y conflictos adolescentes. Padres en la Nube es la unión de mis dos pasiones: la tecnología como herramienta para la mejora social y la adolescencia como etapa de cambio y transformación.