Nuevas drogas en la adolescencia

Se ha detectado un aumento en el consumo de nuevas drogas en la adolescencia. Estas sustancias son ahora más peligrosas y de efectos más potentes.
En este artículo te damos las claves para que puedas entender en qué consisten y de qué forma puedes manejar el problema en tu familia.

¿Por qué nuevas drogas?

Las nuevas drogas surgen con ánimo de burlar la ley existente contra ellas al no estar en la lista de sustancias ilegales. También burlan su detección en los controles policiales de detección de este tipo de sustancias.
Las nuevas drogas reconocidas (más o menos) hasta ahora son las siguientes:

1. Krokodril. Se trata de un opiáceo sintético de origen ruso, su efecto solo dura 90 minutos. Su nombre es debido a las secuelas de su consumo continuado: La piel se pudre y se cae, dejando al descubierto el hueso. Se conocen las secuelas de consumo a medio y largo plazo.
2. Shabú. O droga de los pobres. Es un potente estimulante de origen asiático incluido en la lista II de la Convención Internacional de Psicotrópicos por su elevado poder adictivo. Provoca alucinaciones y psicosis muy potentes que llegan a desembocar en conductas extremadamente agresivas. Se desconocen las consecuencias de consumo a medio y largo plazo.
3. Polvo de ángel. Se trata de una droga de síntesis que afecta notoriamente al funcionamiento cerebral. Se conocen las consecuencias de consumo a medio y largo plazo.
4. Droga caníbal. Una de las nuevas drogas en la adolescencia más polémica. También conocida como sales de baño. Es un potente estimulante con una fama atroz, aunque no está probado todavía que vuelva caníbal a quien la consume. Se desconocen las consecuencias de consumo a medio y largo plazo.
5. Jemken. Consiste en inhalar los gases que produce la fermentación de heces humanas. Sus efectos son euforia y alucinaciones diversas.
6. Khat. El khat es una planta y su consumo es a través de la salivación y masticación de la misma. Es un potente narcótico que produce una euforia seguida de otra fase de estupor. Tiene efectos estimulantes pero desemboca en estados de semicoma. Se conocen las consecuencias de consumo a medio y largo plazo.
7. Burundanga. Es un depresor del sistema nervioso central y barata. Además, es ideal para cometer delitos puesto que se puede administrar a través de la piel y tarda poco tiempo en hacer efecto. Se desconocen las consecuencias de consumo a medio y largo plazo. Es una de las nuevas drogas en la adolescencia más peligrosas debido a sus usos asociados.
8. Ayahuasca. Se trata de un potente alucinógeno que puede llegar a crear (al igual que el THC cuadros de esquizofrenia. Se conocen las consecuencias de consumo a medio y largo plazo.
9. Spice. Conocida como droga de los zombis. La segunda más consumida en USA, ya ha llegado a España. Es una metanfetamina muy potente cuyas consecuencias a medio y largo plazo aún no se conocen.

Por otro lado, se incluyen en esta lista otras tres no tan nuevas como son la ketamina, popper y estramonio. De todas formas, surgen muchas otras sustancias que se convierten en “nuevas drogas” cada día.
Además, existen otras formas de consumo de nuevas drogas en la adolescencia como inhalar pegamentos y colas. Esta forma de consumo se observa en España debido a la inmigración de población hispanoamericana (donde es frecuente este consumo). Similar al jemken consiste en empapar un paño en pegamento o pinturas en inhalar sus vapores.
Otra moda norteamericana que previsiblemente se importará es la de las “farmacofiestas”. Son reuniones en las que cada adolescente coge medicamentos de su casa. En la fiesta los aporta a una cesta o similar, y de ella cada una va cogiendo el medicamento que le apetezca a la vez que beben alcohol.
En las “farmacofiestas” son habituales medicamentos como antidepresivos, jarabes que contengan alcohol, o fuertes analgésicos opioides (oxicodona, codeína y vicodina), antipsicóticos o anfetaminas. Cabe señalar que, aunque no se puede incluir entre las nuevas drogas en la adolescencia, la heroína está viviendo un repunte en su consumo.
El mayor peligro que entrañan estas drogas es que no se conocen tanto sus efectos de consumo a medio y largo plazo. También se desconoce su potencial adictivo, síndrome de abstinencia y su posible tratamiento de desintoxicación. Y que además se pueden adquirir fácilmente a través de Internet.
Tampoco se puede obviar que detrás de su venta existe una elaboración por parte de la mafia del narcotráfico muy interesada en producir y vender estas drogas.

Qué no cunda el pánico

Que existan todo tipo de nuevas drogas en la adolescencia no es sinónimo de que tu hija las vaya a consumir. Por otra parte, no es lo mismo probar que consumir.
Si sospechas que tu hija consume algún tipo de droga (sea vieja o nueva), lo que no debes hacer es:

• enfadarte con ella
• registrar su cuarto en busca de objetos que la delaten
• acorralarla
• juzgarla

Es cierto que abordar una situación de confrontación no es fácil. Se necesita de una buena capacidad de asertividad. Y la asertividad es una habilidad social que se puede entrenar (afortunadamente). Para ser asertiva en tu confrontación puedes hacer lo siguiente:

1. Quitarle hierro al asunto de cara a no mostrarte ansiosa y negativa cuando hables con tu hija.
2. Tomarte un día o dos antes de la confrontación para dialogar en frío mejor que en caliente.
3. Deshazte de ideas preconcebidas sobre el consumo de las drogas. Esta parte quizá sea la más difícil.
4. Aceptar la versión de tu hija. Aunque niegue lo que tú ya sabes.
5. Si se abre a ti y acepta que consume drogas (el alcohol también es una droga), comunícale tu alegría por el hecho de haber confiado en ti a la vez que tu preocupación.
6. En vez de castigarla es más positivo que le ofrezcas la oportunidad de enmendarse (seguramente que hayas descubierto su “pequeño secreto” ya ha sido bastante desagradable.

Ten en cuenta que la adolescencia es solo una fase. Que en esta fase las conductas de rebeldía son habituales y que tu hija siempre será tu hija por encima de todo. Así que quiérela.

Bibliografía consultada para escribir “Nuevas drogas en la adolescencia”

• Fernández-Artamendi, S. y Weidberg, S. (2016). Avances en la evaluación de las adicciones. Papeles del Psicólogo, 37 (1). 52-61.
• Martínez González, J. M. (2011). Drogodependencias y trastornos de la personalidad: Variables relevantes para su tratamiento. Papeles del Psicólogo, 32 (2). 166-174.
• Plan Nacional Sobre Drogas. (2000). Estrategia nacional 2000-2008. Madrid, Plan Nacional sobre Drogas.