En ocasiones cambiar el comportamiento o premiar a un adolescente puede parecer complicado. En este artículo te proponemos ideas y técnicas que te ayudarán a conseguir premios más eficaces y un sistema de refuerzo útil para tu familia.
Te exponemos las mejores estrategias para que tu hijo adolescente establezca, mantenga o aumente un comportamiento adecuado.
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Un adolescente es diferente a un niño pequeño. Cuando entra en la pubertad, tu hijo ya es capaz de razonar y requerirá mucha información para guiar su conducta. Su cerebro está cambiando a gran velocidad y lo va a demostrar en su comportamiento y en su relación familiar.
Si quieres profundizar más sobre los cambios que experimentará tu hijo y la explicación que tienen puedes consultar este artículo sobre las características de la adolescencia.
Lo que como padre deberás tener en cuenta en esta etapa para entender cómo premiar a un adolescente, es que tu hijo será capaz de tomar decisiones y demostrar un razonamiento maduro siempre que no esté presionado socialmente por otras personas de referencia para él.
Para hablar de premios debemos referirnos a lo que los psicólogos llamamos refuerzo positivo. Un refuerzo positivo es sencillamente cualquier acontecimiento que presentado después de un comportamiento concreto hará que sea más probable que se repita.
Suena un poco complicado así que vamos por partes. Pondremos un ejemplo para entenderlo mejor. Imagina que tu hijo cuenta un chiste en clase y todos sus compañeros se ríen con él y le felicitan por su ingenio. Si esto ocurre será más probable que cuente otro chiste y trate de volver a hacer reír a sus amigos.
Imagina ahora que nadie se hubiese reído y se burlaran de su poca gracia. Seguramente tu hijo se lo pensaría dos veces antes de volver a contar un chiste. Se aseguraría muy bien de no repetir el mismo error y de volver a intentarlo prepararía una broma realmente buena para hacer reír a sus amigos.
Pues bien, las risas y felicitaciones de los compañeros de tu hijo son para él un refuerzo positivo, un premio. Posibilitan que siga contando chistes o aumente su afición por este hábito.
Tipos de refuerzo positivo para premiar a un adolescente
Una vez que has entendido en qué consiste un premio al estilo de la Psicología, vamos a ver qué tipos de refuerzos positivos existen con nuevos ejemplos. Así encontrarás los que mejor se adapten a tu situación para que puedas utilizarlos con tu familia.
Existen muchos tipos de refuerzos y para entenderlos mejor vamos a ilustrarlos con casos reales:
- Refuerzos materiales: se trata de una consecuencia tangible al comportamiento. Un premio físico que se entrega tras la conducta deseada. Por ejemplo los regalos de Navidad por haber superado un año de buen comportamiento o las pegatinas coleccionables que se encuentran en algunas bolsas de patatas.
- Refuerzos sociales: todas las manifestaciones positivas que puede expresar otra persona después de un comportamiento adecuado. Dentro de este tipo de premios podemos distinguir las siguientes tres categorías:
- Expresiones verbales: dar las gracias, mostrar admiración (“me ha sorprendido el esfuerzo que has hecho para…”), elogiar o motivar (“¡buen trabajo! Sigue así”)…
- Expresiones no verbales: expresiones de cariño (dar un abrazo, acariciar, besar…). U otras de simpatía o aprobación (sonreír, aplaudir, guiñar un ojo…)
- Expresiones escritas: un boletín de notas escolares o una cartilla de puntos positivos por buen comportamiento son ejemplos de este tipo de refuerzos.
- Refuerzos de actividad: premiar a un adolescente con la posibilidad de realizar sus actividades preferidas llevando a cabo otras que no lo son tanto. Por ejemplo, tu hijo puede ganar el privilegio de ir de vacaciones todo el verano si estudia y aprueba sus exámenes durante el curso. En este caso se refuerza una actividad preferida, (ir de vacaciones) mediante la realización de otra actividad que es probable que a tu hijo le resulte menos placentera (estudiar durante todo el curso).
- Retroalimentación informativa positiva: esta expresión tan técnica define sencillamente la información que das a tu hijo sobre aspectos positivos que ha ido consiguiendo con su comportamiento. Por ejemplo, informarle sobre la mejora de la limpieza de su habitación durante el último mes, enumerando las cosas que antes estaban descuidadas en su cuarto y ahora mantiene en orden.
El proceso para conseguir un premio eficaz en adolescentes
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Ya sabemos en qué consiste un refuerzo positivo y hemos estudiado los tipos de refuerzos que existen. Ahora te proponemos la forma de conseguir que los premios tengan una utilidad máxima.
Para ello debes tener en cuenta cuatro puntos fundamentales:
- Especificar claramente la conducta o comportamientos que vas a premiar. Informar a tu hijo de las razones por las que el comportamiento que quieres incrementar es deseable, en términos positivos. No sería adecuado decirle en negativo: “si no recoges tu habitación perderás helado para el postre”. Al contrario, formula en positivo el premio: “si recoges tu habitación, tendrás un postre especial”.
- Seleccionar refuerzos que sean premios para tu hijo. Tienes que tener en cuenta que no existen estímulos que sean reforzantes per se de una forma universal. Deberás conocer bien a tu hijo o preguntarle directamente para saber qué premios son los que más valora. Una vez los conozcas deberás administrarlos sabiamente para conseguir tu objetivo.
- Es mejor utilizar premios que tu hijo tiene de forma habitual en su ambiente y que se derivan de manera lógica de su comportamiento. Por ejemplo, ponte en el caso que tu hijo te pide aumentar el tiempo de salida con sus amigos. Esto es un refuerzo que el valora, un premio que quiere conseguir y que te transmite. Tiene más sentido premiarle con ello cuando cumple con su responsabilidad de llegar a la hora a casa que concedérselo por haber limpiado la cocina durante una semana.
- Es muy recomendable que emplees refuerzo social a la vez que entregas un premio a tu hijo. Hablar sobre la conducta que lleva a premiar a un adolescente antes de hacerlo es un potente apoyo al refuerzo en sí mismo. Por ejemplo, imagina que le habías prometido a tu hijo ir al cine el fin de semana si no tenía discusiones en casa. Cuando llegue el momento de ir a comprar las entradas recapitula y recordad juntos cómo ha conseguido el premio. Ayúdale a entender lo positivo de la situación, más allá de conseguir las entradas para ir al cine. Que vea de forma real cómo ha conseguido modificar su entorno con esta nueva actitud. Además puedes aprovechar para enseñar a tu hijo a alabarse a sí mismo por haberse comportado adecuadamente. Esta estrategia le ayudará en el futuro a adquirir una capacidad personal de premiarse y elaborar un razonamiento propio sobre su conducta.
Bibliografía consultada para escribir “Premiar a un adolescente de forma eficaz”
- Labrador Encinas F.J. , Cruzado Rodríguez J.A., Muñoz López M. (2004). Manual de técnicas de modificación y terapia de conducta. Ediciones Pirámide.
- Arturo Bados A., García-Grau E. (2011). Técnicas operantes. Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos. Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona.
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Suscribo todo lo escrito por mi compañero Félix. Creo que sin duda es la mejor forma de educar, pero hay que llenarse de cariño y paciencia y para ciertas conductas habrá que tener en cuenta que puede ser necesario combinarla con otras técnicas operantes, bien por el perfil de los padres, por el de los hijos o por el de ambos.
Es una técnica con unos resultados más a largo plazo que otras, que quizás no consigue modificar tantas conductas como otras variantes, pero que tiene efectos más duraderos.
INMEDIATEZ, FRECUENCIA y CONSISTENCIA son tres palabras fundamentales a la hora de llevar a cabo un refuerzo positivo.
En concreto con los adolescentes, creo que aceptan mejor los comentarios con humor: "¡pero que brigada de limpieza ha pasado por aquí!, frente a " que limpia has dejado tu habitación."
Por último pienso que el refuerzo positivo se debe asimilar como parte de nuestro quehacer diario, se debe aplicar (a veces incoscientemente) a lo largo de toda la vida. Incluso a nosotros mismos, el autorrefuerzo. Pero el autorrefuerzo merece un post aparte.....
Genial comentario Ana.
Estoy de acuerdo contigo en la utilidad combinada de las técnicas operantes y la necesidad de conocerlas y aplicarlas de forma sabia.
Suscribo como claves las tres características el refuerzo eficaz que mencionas: inmediatez, frecuencia y consistencia. Me parece una buena aportación para un nuevo artículo con detalles más técnicos de este tipo de refuerzos.
Y pongo en mi libreta de temas interesantes el del sentido del humor aplicado a la educación y el auto-refuerzo del educador. Este último parece que a veces se nos olvidara y creo que es una de las claves para que funcione todo este engranaje.
Gracias Félix por el trabajo y el esfuerzo que nos compartes en padres en la nube.
Creo firmemente en el refuerzo positivo en el trabajo con adolescentes. Está demostrado que una actitud o comportamiento que se ha valorado positivamente tenderá a repetirse, y es más educativo desde mi punto de vista, trabajar en lo positivo que caer siempre, en lo que a mi modo de ver es más fácil, que es caer siempre en las saciones para castigar lo negativo.
Pero no es una tarea nada fácil que debe estar en un continuo proceso de mejora para no estancarse y que deje de ser efectivo, con lo que se necesita entre otras cosas ingenio e imaginación porque a veces hay que buscar recursos motivadores para que funcione, y desde luego hay que conocer al adolescente para ver qué puede funcionar porque no todos los refuerzos positivos funcionan de la misma manera con diferentes adolescentes.
Y esto en cuanto a los refuerzos positivos individuales porque igual de interesante es trabajarlo en grupo y ver cómo aplicar el refuerzo positivo en conjunto con varios adolescentes a la vez.
Un trabajo intenso y emocionante para los que disfrutamos del trabajo con adolescentes, un largo camino por recorrer aún y un montón de ideas por compartir.
Buena aportación Laura. Muy interesante tu punto de vista. Me gusta mucho la idea de conseguir refuerzos en grupo y es una de las cosas que creo que se deberían desarrollar más en el futuro. Podría ser una clave para romper la fiebre competitiva que estamos transmitiendo a nuestros jóvenes.
Como tú, considero que el refuerzo positivo es mucho más motivador y efectivo que los castigos. Tristemente, creo que en nuestro trabajo muchas veces nos hemos estancado en lo fácil. Entre todos seguro que podemos sacar ideas para ponerlo en marcha y desarrollar herramientas que podamos utilizar.
Me quedo con la idea de individualizar refuerzos también. Crear programas personalizados para cada adolescente puede ser algo interesante y motivador. Creo que la economía de fichas puede jugar un papel clave en este sentido.
¡Gracias por el comentario!