El ciberbullying en la adolescencia o ciberacoso es un tipo de agresión entre iguales que se ejecuta a través de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación).
Se lleva a cabo por parte de una persona o varias hacia un solo objetivo por el simple hecho de que éste no puede defenderse.
En este artículo analizaremos las causas y consecuencias de esta práctica y de qué forma puedes ayudar a tu hija a luchar contra ella.
Podcast
Puedes escuchar el artículo Ciberbullying en la adolescencia: saña desde la penumbra en el siguiente podcast.
Escucha otros episodios del podcast.Video
También puedes ver un resumen del artículo Ciberbullying en la adolescencia: saña desde la penumbra en el siguiente video.
Ver otros videos.Ciberbullying en la adolescencia o una mutación del bullying
Hace unas semanas publicaba un artículo sobre una forma de acoso entre iguales como es el bullying y sus diferentes aspectos.
Hay que señalar que ciberbullying y bullying son comportamientos que persiguiendo un mismo objetivo, presentan matices distintos con diferentes repercusiones.
Así pues, el ciberbullying merece una consideración aparte tanto por su uso, como por su alcance. Y es que esta forma de ciberacoso ha tenido una gran aceptación y proliferación entre las adolescentes. Esto es debido, sobre todo, a la disponibilidad cada vez más habitual de móviles con acceso al Internet o Smart phones.
Las facilidades y cantidad de aplicaciones de las que disponen estos Smart conducen al hecho de que el ciberbullying esté ahora “tan de moda”. Pero además, sus vías y repercusiones son diferentes y por ello se ha de tener en cuenta como una forma de intimidación con su propia idiosincrasia.
Por otra parte, el ciberbullying comparte características con el bullying, pero a su vez aporta dos claras diferencias que son las que le hacen tan dañino.
El ciberbullying en la adolescencia coincide con el bullying en tres aspectos fundamentales:
- Intencionalidad.
- Agresiones repetidas: con el matiz de que en el ciberbullying la reiteración y frecuencia adquiere otro sentido ya que al tratarse del ciberespacio, la difusión es inmediata.
- Relación asimétrica de control y poder-sumisión: teniendo en cuenta que la desigualdad dentro del ciberbullying deriva del hecho de que se trata de una agresión pública, se produce dentro del ciberespacio.
En cuanto a las diferencias entre el ciberbullying y el bullying encontramos las siguientes:
- Mayor alcance: con un solo gesto el acosador puede difundir un bulo a miles de personas en la red.
- Imposibilidad de escape: la víctima no tiene forma de evitar la situación de acoso.
- Anonimato: la acosadora permanece en el anonimato (aunque no tiene por qué ser siempre así).
- Permanencia del acoso: el bulo vertido en el ciberespacio puede ser difícil de borrar o perpetuarse en el tiempo; por lo que a las víctimas les va a suponer una constante re-vivencia de la experiencia de acoso.
El ciberbullying dado que se lleva a cabo desde dispositivos Smart, enfría la sensación para el acosador de estar realizando algo malo y ello hará que lo repita en el futuro.
Todo ello se une a que el esquema de acoso, por su carácter lúdico, transmite al acosador una baja sensación de culpa y una alta sensación de placer.
Las causas del ciberbullying
Se da el hecho de que las adolescentes de hoy en día, a diferencia de sus progenitoras, son nativas digitales. Es por ello que encuentran en la red un remanso de “privacidad” alejado de sus madres donde poder interactuar con su grupo de iguales.
En esta comunicación encuentran un refugio que cuando es asaltado les deja en un devastador estado de vulnerabilidad.
Así pues, utilizar el ciberbullying en la adolescencia será para las acosadoras el medio perfecto y más eficaz de agredir a sus víctimas.
Las TIC no les suponen ninguna dificultad, evitan el enfrentamiento cara a cara, el alcance del daño que consiguen es considerable en proporción a la acción que ejecutan (no tienen que sudar).
Herramientas para detectar el ciberbullying en la adolescencia
Con lo hasta aquí expuesto, queda patente que ciberbullying y bullying son dos conceptos que han de ser tratados por separado. De hecho, los cuestionarios para evaluar uno y otro son diferentes.
Sin embargo, la mayoría de herramientas de diagnóstico referentes al ciberbullying aún están por perfeccionar, ya que quedan varios aspectos por delimitar. A esto se une que el avance de las TIC (tecnologías de la información y comunicación) no hace más que crecer a un ritmo trepidante.
Por ejemplo, hasta hace pocos años se diferenciaba entre “Ciberbullying cometido a través del Internet” y “Ciberbullying cometido a través del teléfono móvil“. Con el avanzar de las TIC, esta diferenciación ha dejado de tener sentido. Hoy en día se considera tan solo el aspecto de los Smart phones, ya que las adolescentes parecen llevar uno pegado a sus manos.
En los cuestionarios de evaluación del ciberbullying en la adolescencia se suelen considerar las siguientes conductas:
- Exclusión social: impedir a la víctima participar en una red específica.
- Denigración: difundir información falsa e hiriente sobre la acosada.
- Hostigamiento: difundir mensajes ofensivos sobre la víctima.
- Suplantación de identidad: hacerse pasar por la víctima en ciertos foros, de tal forma que durante el chat la víctima quede en ridículo.
- Violación de la intimidad: difundir secretos o imágenes íntimas.
- Persecución: enviar mensajes amenazantes.
- Happy slapping: agredir a la víctima con el fin de grabar la agresión y difundir luego la grabación en la red.
Resultados acerca del ciberbuylling en la adolescencia
Boletín
Suscríbete a nuestra lista de correo para recibir contenido que te ayudará a mejorar la vida familiar.
Aún así, los cuestionarios de los que se dispone se usan para evaluar este tipo de acoso. Y sus resultados muestran que en el ciberbullying son más las chicas acosadoras y acosadas.
Además, un estudio realizado por el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar apunta a que un 2,5%-7% del alumnado habría sido víctima, mientras que un 2,5%-3% habría sido agresor, en los dos últimos meses.
También es necesario señalar que en sus respuestas a los diferentes ítems, las adolescentes discriminaban la mayor o menor gravedad de las distintas modalidades dentro del ciberbullying.
Por ejemplo, consideran menos grave el que hicieran comentarios ofensivos sobre ellas, que el hecho de que se publique una fotografía suya en una situación comprometida en la red.
Por otra parte, aunque se ha visto que las modalidades visuales de ciberbullying son las más graves desde el punto de vista del alumnado; esto va a depender también de las diferencias culturales de cada quién.
Consecuencias del ciberbullying en la adolescencia
El ciberbullying es una forma de acoso que deja secuelas y personas susceptibles de sufrir un trastorno psicológico a ambos lados.
Consecuencias para el acosador
Por un lado los que juegan el papel de acosador serán susceptibles de sufrir durante la adolescencia y edad adulta desajustes psicosociales(mantener un grupo de amigas) y trastornos psicopatológicos (emisión de conductas antisociales).
Es por ello que en la edad adulta tendrán una mayor probabilidad de desconexión moral, falta de empatía y problemas a la hora de acatar las normas. También serán más proclives a mostrar un comportamiento agresivo, mayor riesgo de consumir drogas, delinquir, aislamiento social y dependencia de las TIC.
Lo que ocurre, como vemos es que la probabilidad de su conducta futura no es sino un reflejo de lo que ya venían, más o menos, perpetrando desde la adolescencia. ¿La conducta da forma a la personalidad o es al revés?
Consecuencias para el acosado
En cuanto a las secuelas psicológicas que probablemente sufran las víctimas, se ha observado que éstas suelen presentar durante la adolescencia y a lo largo de su vida adulta alguno de los siguientes síntomas:
- Altos niveles de ansiedad
- Trastornos del ánimo tipo depresión
- Indefensión
- Baja autoestima
- Degradación de su autoconcepto
- Diferentes tipos de desajustes psicosociales
También se ha observado que muchas de las víctimas mientras están sufriendo el acoso presentan bajo rendimiento académico, dificultad para concentrarse y absentismo escolar. En un futuro serán más vulnerables al estrés, a emociones negativas como el miedo y a tener pensamientos suicidas.
Luchar contra el ciberbullying en la adolescencia, el papel de las familias
Dado que el ciberbullying es un acoso entre iguales que no ocurre de forma exclusiva en el ámbito académico, no podemos exigirle exclusivamente a los centros educativos que adopten medidas.
Como madre sin embargo, debes insistir al centro escolar para que forme y eduque al alumnado en la existencia de esta práctica y en la ayuda que existe en el colegio para las víctimas de este tipo de acoso (psicólogas, jefas de estudios…).
Ten en cuenta además que el ciberbullying no está tipificado penalmente de forma específica. Siempre se puede enjuiciar esta práctica con otras leyes que sí contemplan el acoso y la agresión verbal. Pero no hay un apartado concreto en las leyes por el momento.
También se ha encontrado que muchas veces es difícil que se pueda probar quién o quiénes están detrás del acoso. Sin embargo, a medida que se desarrollan las nuevas tecnologías y las redes sociales es más sencillo identificar a los culpables.
Como no existe forma eficaz de prevenir este tipo de acoso lo mejor será, como siempre, mantener con tu hija una adecuada comunicación basada en la confianza.
Bibliografía consultada para escribir “Saña desde la penumbra: ciberbullying en la adolescencia”
- Álvarez Arias, J.C. (2015). Adolescencia y nuevas tecnologías: una relación simbiótica. Prolepsis, vol. 19, pp. 32-36.
- Castellana Rossell, M., Sánchez-Carbonell, X., Graner Jordana, C. y Beranuy Fargues, M. (2007). El adolescente ante las tecnologías de la información y la comunicación: Internet, móvil y videojuegos. Papeles del psicólogo, vol. 28 (3), pp. 196-204.
- Geyjo Rodríguez, E. (2015). Cómo nos cambia Internet. Prolepsis, vol. 18, pp. 61-67.
- Lucas-Molina, B., Pérez-Albéniz, A. y Giménez-Dasí, M. (2016). La evaluación del cyberbullying: Situación actual y retos futuros. Papeles del psicólogo, vol. 37, pp. 22-35.