Test de la familia

Aunque su definición es reciente, la Inteligencia Emocional es una de las capacidades más importantes que tenemos para alcanzar nuestras metas. En Padres en la Nube hemos tenido en cuenta cuatro dimensiones fundamentales para definir la Inteligencia Emocional.

• Control emocional: A través de esta habilidad podrás afrontar situaciones problemáticas en casa sin dejarte llevar por tus sentimientos. El control emocional es una habilidad compleja y difícil de adquirir, pero también muy valorada para ser un buen educador.
• Empatía: Es la capacidad que te permite ponerte en el lugar de otra persona y experimentar con ella sus sentimientos. La empatía correcta es aquella que no te lleva a experimentar emociones compartidas, sino que te permite contemplarlas desde fuera, comprendiéndolas pero sin dejar que te afecten personalmente.
• Expresión emocional: Proporciona la capacidad de transmitir sentimientos de manera eficaz. Es difícil de manejar y está muy condicionada por el entorno y las situaciones.
• Reconocimiento de errores: Un buen educador es aquel que tiene la madurez para reconocer que puede cometer errores. Aprovechar los errores como una oportunidad de aprendizaje es un aspecto importante de las personas con alta Inteligencia Emocional.

La normatividad define tu relación con las normas y tu capacidad para crearlas y mantenerlas. En Padres en la Nube estudiamos cuatro dimensiones fundamentales de la normatividad.

• Establecimiento de normas: Refleja tu capacidad para crear reglas con justicia y equidad. Incluye la gestión de acuerdos cooperativos. La mejor evaluación para esta dimensión es el funcionamiento familiar global.
• Supervisión: Se refiere a la capacidad de mantener la supervisión del cumplimiento de las normas establecidas. Crear una buena norma es tan importante como evaluar si se está implementando correctamente. Puede expresarse mediante la gestión directa o mediante la delegación de funciones.
• Flexibilidad: Incluye aspectos secundarios a las normas, como la flexibilidad y la adaptabilidad. Una norma tiene sentido en un tiempo y espacio, pero pierde coherencia si cambia el contexto en el que se aplica. Incluso las normas pueden adaptarse en función de las personas y sus características individuales.
• Roles familiares: En un hogar, las normas pueden ser establecidas por una o más personas. En ocasiones, el rol de cada miembro de la familia determina su capacidad para generar y cumplir normas.

El modelado es la capacidad de influir o ser influido por otras personas a través de la imitación. Es una herramienta poderosa que a menudo tiene un impacto inconsciente en la educación. En Padres en la Nube hemos considerado estas dos dimensiones del modelado.

• Cohesión:Para que se produzca la identificación con un Modelo, primero debe existir una relación de vinculación entre las partes. La imitación se produce cuando existe interés, admiración y respeto por la persona a imitar y existen patrones claros de conducta. Todo ello puede entenderse como cohesión grupal. Una unión emocional que prepara el terreno para el Modelado.
• Imitación: Es el acto en sí mismo de Modelar, la repetición de patrones de conducta o actitudes. Podemos generar Modelado en conductas, pero también en pensamientos o actitudes ante las cosas. La forma en que nos comunicamos, nuestros hábitos de relación, los gustos y aficiones que nos definen… Todo ello es susceptible de ser imitado y compartido por los demás. Consideremos también que estas manifestaciones, a su vez, derivan de otras personas que nos han influido previamente.

La disponibilidad se refiere a la cercanía percibida entre los miembros de tu familia. Esta actitud determina la confianza y, en gran medida, la armonía emocional. En Padres en la Nube tenemos en cuenta estos tres factores que determinan la disponibilidad:

• Disponibilidad espacial: Tener una buena organización de los planes familiares implica encontrar espacios adecuados para las interacciones. No se trata de tener una casa grande o grandes salas para reunirse. La importancia radica en saber encontrar el lugar adecuado para cada actividad propuesta.
• Disponibilidad temporal: ¿En qué medida los miembros de tu familia se organizan para realizar actividades en conjunto? La prioridad que cada uno asigna a los planes que se acuerdan en casa y el compromiso de llevarlos a cabo en la fecha acordada son dos variables importantes de este factor. La vida familiar implica encontrar momentos para compartir.
• Dedicación: Esta dimensión va más allá del espacio y del tiempo. Incluye aspectos como el sentimiento de compromiso y cohesión con la familia, la actitud de responsabilidad comunitaria y el sacrificio por los demás en el hogar.