Estrés adolescente

Las cifras de afectados por estrés adolescente se incrementan día a día. Según la OMS, la ansiedad se ha convertido en uno de los problemas graves a tener en cuenta para la población general.
En sus últimas publicaciones el estrés y la depresión se describen como la principal fuente de discapacidad a nivel mundial.
En este artículo vamos a analizar a fondo cómo se produce el estrés en la adolescencia y que tipo de efectos produce la ansiedad en el organismo.

El estrés adolescente y su relación con el cortisol.

Probablemente hayas oído hablar infinidad de veces sobre el estrés adolescente y sus consecuencias. Parece como si la ansiedad nos acompañara a diario en nuestra frenética sociedad.
Pero, ¿te has planteado qué es lo que pasa en el cuerpo de tu hijo realmente cuando está estresado?
Imagínate un día normal en su vida. Al levantarse el organismo de tu hijo se prepara para una nueva jornada. Cuando abre los ojos una dosis de cortisol se vierte automáticamente en su sangre. Es cómo si recargara la energía cada mañana.
El cortisol le ayudará a activarse, mantener la atención y lidiar con los problemas del día. A medida que vayan pasando las horas sus niveles de esta hormona irán descendiendo. Por la noche estará cansado y su nivel de cortisol muy bajo, lo que le ayudará a dormir.
Esta sería la situación habitual. El cortisol se segrega de forma automática y ayuda a mantenerse despierto. Gracias a esta hormona tu hijo estará atento a su mundo durante las horas de vigilia. Por la noche el nivel de esta hormona bajará para permitir un descanso adecuado.

Las situaciones estresantes y el nivel de activación.

Imagínate una noche en que tu hijo al despedirse de sus amigos nota como su novia se muestra fría y distante con él. Cuando una situación estresante ocurre, el cuerpo segrega una dosis extra de cortisol. Esto hace que aumente el nivel de alerta y la capacidad de respuesta ante el estrés adolescente.
En ese caso, al ver en peligro su relación, tu hijo activará un sistema automático por el que inyectará cortisol en la sangre. Esta reacción le prepara para la acción y le activa inmediatamente. Probablemente esa noche le cueste dormir un poco más, hasta que sea capaz de controlar la ansiedad que le ha generado el suceso.
Como ves, ésta sería una situación probable. El organismo adolescente se prepara para afrontar peligros y situaciones complicadas. El cortisol es una especie de droga natural que ayuda a estar en forma y gestionar problemas.
En conclusión, el cuerpo está diseñado para convivir con la ansiedad. Tu hijo tiene una capacidad asombrosa para gestionar situaciones que producen ansiedad en el corto plazo. Pero esta situación se complica cuando el estrés adolescente se cronifica y se mantiene en el tiempo.

La cara negativa de la ansiedad en la adolescencia.

Como hemos visto, liberar cortisol ayuda a lidiar con el ambiente. Pero también se sabe que interfiere con la capacidad de curación y recuperación durante los periodos de descanso.
El organismo humano reacciona ante las enfermedades e infecciones con procesos inflamatorios. De forma natural acumula células que combaten las alteraciones y limpia los productos de desecho que se producen en las zonas afectadas.
Recuerdas el problema de tu hijo con su novia. Imagínate que aquel día además, tenía una infección de muelas terrible. Llega a casa, le cuesta dormir… A la mañana siguiente tiene la sensación de no haber descansado y de que su boca está todavía peor.
Si no hubiera pasado el mal trago, su descanso habría sido más reparador y su muela luciría más calmada. Esto se debe al cortisol. La misma droga natural que le ayuda a estar alerta y solucionar un problema sentimental, interfiere en la cura de su infección de muelas.
Se ha encontrado que para que el cuerpo gestione los procesos inflamatorios y se cure, el nivel de cortisol tiene que ser bajo. Si tu hijo mantiene unos niveles altos de esta sustancia, las habilidades de recuperación de su organismo se limitan y las infecciones no terminan de curar.
El estrés adolescente hace que el nivel de cortisol aumente y se mantenga alto durante todo el día. La parte buena es que gracias a ello tu hijo es capaz de estar alerta y resolver problemas del entorno. Pero esto tiene un coste en sus capacidades de recuperación. Los procesos inflamatorios del organismo no se gestionan tan bien y aumentan los problemas.
Si la situación se mantiene en el tiempo la tensión sube, las infecciones crecen y las enfermedades aumentan. Cada persona tiene su propio cuadro de problemas, porque la ansiedad empeora sus alteraciones individuales. Por eso el estrés adolescente no produce siempre los mismos síntomas.

Consecuencias del estrés adolescente.

Ni que decir tiene que todo lo que hemos visto hasta ahora lo puedes aplicar en tu propia experiencia. En los adultos el proceso del estrés es el mismo.
Por su parte, tu hijo tiene una capacidad increíble para la recuperación. La niñez y la adolescencia son etapas en las que el organismo humano es extremadamente resistente.
Es probable que a pesar de la ansiedad continuada tu hijo no presente síntomas físicos, cómo podría pasar con un adulto. Sin embargo en las investigaciones al respecto se ha encontrado que la exposición continua al estrés durante la adolescencia produce alteraciones en el comportamiento y el pensamiento durante la edad adulta.
Tu hijo tendrá una peor calidad de vida si sufre estrés crónico en su adolescencia. De adulto se sentirá más ansioso y tendrá más probabilidades de sufrir depresión.
Otros experimentos han encontrado que la ansiedad puede tener su lado positivo. En situaciones controladas de laboratorio con animales estresados en su adolescencia se encuentran resultados asombrosos.
En su edad adulta, estos animales tienen mejor desempeño (hasta un 43% de mejora) ante situaciones estresantes. Y parece que sus habilidades para la resolución de problemas habituales, en los que no entra en juego la ansiedad, no se ven afectadas.
Sin embargo, se ha demostrado también que las vidas estresadas provocan una muerte más temprana y una peor calidad de vida que aquellas con una niñez más tranquila.

Bibliografía consultada para escribir “Estrés adolescente”

• Chaby, L. E. (2015). Does early stress prepare individuals for a stressful future? Stress during adolescence improves foraging under threat. Animal Behaviour, 105, 37-45.
• Fox, A. S. et al. (2015). Intergenerational neural mediators of early-life anxious temperament. Proceedings of the National Academy of Sciences, 112(29), 9118-9122.
• University of Michigan – Healthwise Staff. Stress in Children and Teens.
  Universidad de Michigan. Ann Harbour district library.