Participación en un Reportaje sobre adolescentes e influencers

Reportaje ¿Qué consecuencias tienen los hábitos de los influencers en adolescentes?

Lucía Álamo Valencia estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna, Tenerife nos contactó para colaborar con un reportaje sobre Adolescentes e Influencers.

El título del trabajo, ¿Qué consecuencias tienen los hábitos de los influencers en adolescentes? pone de relieve la importancia de las nuevas tendencias de los jóvenes y su alto grado inmersión en las nuevas tecnologías.

Lucía explica que querían conocer más sobre el tema, e indagando por Internet conocimos la página y les pareció que era idónea para reflejar lo que queríamos. Afirma que les hemos ayudado mucho en cuanto a contenido y para la elaboración del mismo.

En cuanto al interés de Lucía y su equipo por la etapa adolescente comenta que a pesar de ser jóvenes, tienen 21 años, su adolescencia 14-18 fue muy diferente a la de hoy en día. Es una etapa que tienen muy cerca pero, a la vez, se aleja de lo que viven. Por ello se animaron a conocer como que piensan y sienten los adolescentes teniendo en cuenta que es un momento de cambios y “revolución” en todos los sentidos.

Preguntada por los principales problemas que detecta en los adolescentes hoy en día Lucía distingue:

• Un problema grave de personalidad.
• Baja autoestima.
• Poca capacidad de determinación.

En cuanto al rol de las nuevas tecnologías indica que en la actualidad juegan un papel muy importante. Tanto jóvenes como adultos se mueven en un mundo virtual y esto puede tener consecuencias tanto buenas como malas. Y estas últimas pueden causar problemas de comportamiento que perjudican al adolescente.

Considera Padres en la Nube interesante como proyecto, ya que puede aportar sobre todo conocimiento. Hay padres, madres, educadores y educadoras, comenta, a los que les cuesta manejar, por decirlo de alguna manera, al joven. Una página como ésta aconseja a los primeros como tratar a los adolescentes y, muchas veces, es muy favorable para unos y otros.

Preguntas y respuestas para el reportaje sobre Influencers y adolescentes

PREGUNTA – ¿Cómo afecta el fenómeno de los influencers a los más jóvenes?

RESPUESTA – Los influencers y los ídolos de YouTube e Instagram son un referente para los adolescentes. El fenómeno fan en Internet está llegando a cifras históricas cada día y cada vez condiciona más la realidad de la juventud y de la adolescencia.

Marcan tendencias estéticas, modas y formas de expresión artística. Desde bailes a productos cosméticos, los jóvenes importan los estilos y actitudes de sus influencers favoritos. Además no hay que olvidar que son un factor importante que ha contribuido al incremento del uso de las nuevas tecnologías y al aumento del tiempo que pasan los adolescentes en Internet. En cuanto se publica un vídeo nuevo, se estrenan contenidos o se cuelga una fotografía de estos ídolos se produce un intenso tráfico de comentarios y de likes que genera una comunidad alrededor del influencer que crece cada día.

Este fenómeno explica en parte la creciente dependencia adolescente de las nuevas tecnologías. El móvil y la conexión a Internet se convierten en elementos clave en la convivencia y la integración social, mediados por este tipo de fenómenos comunitarios que se comparten y critican a través de las redes sociales.

PREGUNTA – ¿Ejercen tanto control los influencer sobre los jóvenes como lo parece? ¿Existen problemas de gravedad, respecto a los adolescentes, debido a este fenómeno?

RESPUESTA – Para ver datos concretos, como ejemplo se ha encontrado que un increíble 71% de las adolescentes dicen que los contenidos que consumen online les influyen en sus decisiones de compra. Esto es ya una realidad que está traspasando las pantallas y los dispositivos para instalarse en el día a día de los jóvenes. Es algo lógico por otra parte, puesto que al definir una tendencia en moda o estilo de vida los influencers son potentes estimulantes del consumo y la elección de alternativas de compra. En sí esto no tiene por qué ser un problema.

En general la sociedad está condicionada en sus hábitos de compra por la publicidad directa en medios de comunicación, por las noticias o por la cultura. Los influencers han venido a sumar a estos factores de condicionamiento social que tradicionalmente han existido. Los problemas pueden venir cuando los procesos de influencia se basan en hábitos insalubres o tendencias que ponen en riesgo la salud o la integridad física de los influenciados. Tristemente existen algunos ejemplos de este tipo de hábitos negativos y las grandes plataformas de contenidos están intentando limitarlos o eliminarlos a través de la adaptación de sus políticas de uso. Hay casos de incitación a la violencia o grupos de autoafirmación de problemáticas graves o trastornos como la anorexia o el cutting.

La ventaja de Internet es que la comunicación y la interrelación entre las personas se hace mucho más asequible. De esta forma es sencillo encontrar argumentos y respaldo que ratifiquen cualquier dogmatismo o forma de vida. En la adolescencia, que es la etapa en la que se estructura gran parte de la personalidad y los valores morales para el resto de la vida del individuo esto es particularmente delicado. Encontrar ejemplos inadecuados que toleran o difunden conductas destructivas para uno mismo o para los demás puede suponer un sesgo en la estructuración de la mentalidad y ética del jóven.

No se puede hablar de control como tal, porque no hay una obligatoriedad y las decisiones últimas las toma el adolescente. Sin embargo, la influencia a través de Internet es un importante regulador de conductas y de actitudes en los jóvenes y como tal debería controlarse para conseguir modelos educativos no violentos, no sexistas y socialmente tolerables.

PREGUNTA – Una nueva pregunta para este reportaje sobre adolescentes e influencers ¿Es posible que algunos jóvenes se hayan vuelto inseguros por lo que ven en las redes sociales?

RESPUESTA – La inseguridad y la autoestima es otro de los factores que entra en juego en el proceso de influencia a través de Internet y las redes sociales. En los últimos meses están apareciendo estudios sobre la importancia de los likes y de la aprobación y refuerzo social a través de las nuevas tecnologías. Se ha encontrado que tener un buen apoyo social de una fotografía en forma de likes en una red social es un potente condicionante cuyo efecto estimulante puede equipararse al del chocolate o incluso al del sexo. Esto a nivel cerebral es un desencadenante de sensaciones placenteras que incrementará la probabilidad de una búsqueda repetida del estímulo.

Al final se genera en último término una especie de dependencia de los likes que supone ansiedad por la búsqueda de una re-estimulación y frustración si no se alcanzan los resultados deseados. Por ello hay propuestas entre los equipos directivos de las grandes redes sociales de limitar la visibilidad del refuerzo social de las publicaciones para evitar este tipo de efectos tan marcados. Se está proponiendo ocultar el número de likes de una fotografía por ejemplo como forma de dar más énfasis al contenido y no tanto a la evaluación que se hace de él. En todo caso es una forma de distopía en ambos sentidos. Ante la presión social, la inseguridad y la frustración son producto de unas habilidades emocionales y madurativas deficientes. El problema no es que se generen este tipo de sentimientos, porque son los lógicos cuando nos exponemos a una crítica pública.

El verdadero conflicto surge cuando no se sabe encajar esta crítica de un modo constructivo. Ahí entra en juego la educación emocional que damos a nuestros jóvenes o la posibilidad de emplear este tipo de tecnologías antes de que estén preparados para asumir las consecuencias de su uso.

PREGUNTA – Y última pregunta de este Reportaje sobre adolescentes e influencers ¿Piensa que esta “realidad paralela” que se muestra en las redes sociales debería estar más regulada?

RESPUESTA – Considero que se debería evitar la publicación de determinados estilos de vida antisociales o que puedan dañar a la persona o a otros. Mostrar de forma pública este tipo de conductas o apologías puede llevar a pensar que están aceptadas y esto es peligroso para los adolescentes que están expuestos a esta información.

Al final es una cuestión de sentido común. En Internet debería ser un delito lo que es un delito en la calle y perseguirse como tal. Lo que cambia es el medio de difusión. Los contenidos, por estar alojados en una nube virtual siguen teniendo el mismo poder adoctrinante y educativo que tendrían si estuvieran enseñándose en un aula de la vida real. El control que se podría exigir en las redes sociales no sería mayor ni menor que el que tenemos en nuestras vidas como ciudadanos responsables. Una cuestión de convivencia y regulación social básica. Nada más.