Personalidad adolescente tipo león

L@s adolescentes con personalidad tipo León son metódic@s y racionales. No anticipan sus planes, sino que tienden a actuar en función de las circunstancias. Prefieren estar sol@s y cuando están en grupo se mantienen en un discreto segundo plano.

Puede parecer que tienen un dominio de la situación en los diferentes entornos a los que se enfrentan. Esta sensación la generan sin embargo porque tienen habilidades intelectuales para enfrentarse a su realidad de una forma directa. La planificación queda fuera de sus esquemas de manera habitual y se dejan llevar por la situación para actuar. En este sentido, se muestran más pasivos y disfrutan del momento, sin anticipar las consecuencias del contexto en el que se mueven.

Son muy buen@s interpretando, pero se basan en la improvisación, no en una trama de guión concienzudamente detallada. Acumulan una serie de recursos muy valiosos de la experiencia que utilizarán en su vida futura. Por eso es una buena práctica exponerlos a diferentes situaciones y entornos que les enriquezcan y ayuden en el afrontamiento de nuevas circunstancias vitales.

Debido a su pasividad es recomendable en ocasiones ayudarles a crear entornos que de alguna forman les presionen para la acción. El compromiso con otras personas, las rutinas preestablecidas o herramientas de organización del tiempo pueden ayudar mucho en esta tarea.

Si preguntas a un@ adolescente con personalidad tipo León es muy probable que te diga que las emociones no forman parte de su vida. En realidad son muy humanos, pero tratan de desvincularse del plano afectivo y muchas veces lo consiguen. Su vida discurre en un flujo lógico que en ocasiones descarta los sentimientos propios y ajenos por ser algo incomprensible.

Hay que manejar con cuidado esta negación emocional. Enfrentados a situaciones de alto estrés afectivo tenderán a ocultar o tapar sus sentimientos. Esto les puede embarcar en duelos que serán difícilmente gestionables y que en casos extremos derivar en conductas disruptivas.

Además, una consecuencia de esta negación afectiva es que se desenvuelven mejor en soledad. El grupo les genera inseguridad y pueden llegar a verlo como una amenaza. Por lo general están más cómodos en situaciones que gestionan de forma individual o tienen un espacio de confianza que les permite un control más preciso.